segunda-feira, 29 de janeiro de 2018

Cielo vivo (Federico Garcia Lorca)

Yo no podré quejarme
si no encontré lo que buscaba.
Cerca de las piedras sin jugo y los insectos vacíos
no veré el duelo del sol con las criaturas en carne viva.

Pero me iré al primer paisaje
de choques, líquidos y rumores.
que trasmina a niño recién nacido
y donde toda superficie es evitada,
para entender que lo que busco tendrá su blanco de alegría
cuando yo vuele mezclado con el amor y las arenas.

Allí no llega la escarcha de los ojos apagados
ni el mugido del árbol asesinado por la oruga.
Allí todas las formas guardan entrelazadas
una sola expresión frenética de avance.

No puedes avanzar por los enjambres de corolas
porque el aire disuelve tus dientes de azúcar,
ni puedes acariciar la fugaz hoja del helecho
sin sentir el asombro definitivo del marfil.

Allí bajo las raíces y en la médula del aire,
se comprende la verdad de las cosas equivocadas.
El nadador de níquel que acecha la onda más fina
y el rebaño de vacas nocturnas con rojas patitas de mujer.

Yo no podré quejarme
si no encontré lo que buscaba;
pero me iré al primer paisaje de humedades y latidos
para entender que lo que busco tendrá su blanco de alegría
cuando yo vuele mezclado con el amor y las arenas.

Vuelo fresco de siempre sobre lechos vacíos,
sobre grupos de brisas y barcos encallados.
Tropiezo vacilante por la dura eternidad fija
y amor al fin sin alba. Amor. ¡Amor visible!


Poema extraído do livro Poeta en Nueva York.
medusas
brilhantes
gigantes
do pacífico
a brilhar no mais profundo azul
estrelas distantes
fluídicas
pelágicas
da galáxia oceânica
anãs marrons, vermelhas, amarelas, gigantes azuis
movem-se, caem
flutuam à superfície
à borda do seu universo
e morrem
secam
desaparecem
mas não sem antes queimar a mão de algum miúdo

medusas
brilhantes
água viva
e água morta
são como nós
seus corpos desaparecem
como se nunca tivessem existido.



domingo, 28 de janeiro de 2018

pobre Orpheu
da antiguidade
perdido em sua soledade
abandonado
do amor amargurado
na Trácia pela fúria assassinado

para cada lado um membro
só a cabeça com a cabeleira extensa intacta
seu rosto triste e humano
a escapar das mãos das feras

a correr pelo rio abaixo
do tempo, das eras

reencarnado, ressuscitado, relembrado
sempre que a brisa é fria
e há espaço n'algum ser
para poesia

no oceano da vida
ser orpheu é cantar
ainda que haja sangue

hastear a bandeira da doçura
da esperança
quando só restar a loucura
e à porta dos infernos
falar de amor, de perdão e de ternura

orpheu sacrificado
Cristo também foi
na cruz que matou seu corpo,  não seu sonho.

para ti, pequeno,

meus versos
meus olhos
meu corpo
minha vontade
o sonho de amplidão
coração
vastidão do (a)mar.